miércoles, 19 de diciembre de 2012

PIGMALION CREE EN TI


Con este, comienza una seria de 4 artículos en los que voy a hablar de la educación. De la relación alumno – profesor o padre – hijo.

Nunca dejamos de aprender en la vida, nos encontramos en un proceso de cambio continuo cuyo motor es la educación y el aprendizaje. Este proceso lo podemos hacer sólo (autodidacta) o guiados por un mentor (profesor).

Quiero destacar el papel que tiene el mentor dentro del desarrollo personal de otra persona a la cual enseña. La persona que enseña, el docente, no solo tiene importancia por elegir los contenidos y los procedimientos que el discente va a adquirir. Si no lo que para mí es fundamental, va a condicionar la actitud que tenga este alumno hacia el aprendizaje y el auto concepto que tenga de sí mismo.

Lo que padre – profesor, esperamos de los hijos – niños tiende a cumplirse. Este sería el resumen breve del Efecto Pigmalión.

Cuenta una leyenda mitológica griega que el rey Pigmalión esculpió una estatua con la figura ideal de la mujer. A Pigmalión le gustó tanto su obra que quiso que se convirtiera en un ser real. El deseo fue muy fuerte e hizo todo lo que pudo para conseguirlo. Pidió ayuda a Venus Afrodita, la diosa del amor, la cual colaboró en que su sueño se hiciera realidad. Así nació Galatea, su mujer ideal.

 

Esto trasladado a la educación, nos asegura que las expectativas o creencias que tengamos sobre la persona que vamos a formar, son las que al final se cumplirán. Esto se puede cumplir en el sentido positivo como en sentido negativo.

Por ejemplo, un profesor que considere que un alumno suyo se le dé bien las matemáticas, se encontrará motivado a practicar con dicho alumno todos los problemas que sea necesario, y su relación estará repleta de refuerzos positivos y de confianza. A la vez que el alumno encontrará gratificante realizar esta práctica ya que es una actividad en la que él ve que destaca.

Por el contrario si un padre piensa que su hijo es incapaz de dominar X deporte, no le dedicará el tiempo suficiente a su hijo para dominarlo, y su hijo será reacio a pasar las horas suficientes a practicando ese deporte, hasta dominarlo.

En mis años de experiencia formando a personas de diferentes edades y en entornos muy distintos (educación reglada, deporte, ámbito empresarial,…) este sin duda es uno de los efectos que mejores resultados garantiza, sin duda alguna.

A continuación os dejo un video que explica el Efecto Pigmalión de forma muy acertada.

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