miércoles, 12 de diciembre de 2012

PARETO LLEVA MI AGENDA


Quería reflexionar otra vez sobre la gestión del tiempo. Hace unas semanas ya realice un artículo sobre este tema http://entrenadoparavivir.blogspot.com.es/2012/11/soy-dueno-del-tiempo.html . En esta ocasión,  afrontaré el tema del tiempo desde el punto de vista de la productividad y de la eficacia.

Todos quisiéramos ser más eficientes en nuestra vida. Es decir, poder hacer el mayor número de cosas en el menor tiempo posible, y evidentemente con los mejores resultados posibles. Así conseguiríamos tiempo para dedicarlo a nuestro ocio o para empezar otros proyectos.

 Vilfredo Pareto, economista italiano de finales del siglo XIX, creo  la denominada Ley de Pareto, la cual es conocida como la ley 80-20. Pareto enuncia que todo lo que ocurre en una sociedad ocurre en una proporción de 80% - 20%. Se puede aplicar a todos los ámbitos de la vida.  Así el 80 % de la riqueza mundial lo tiene el 20% de la población mundial.  En su contra el 80% de la población mundial tiene el 20% de la riqueza. Otro ejemplo llevado al mundo empresarial sería, 20% de tus acciones laborales generan el 80% de beneficios, o por el contrario; el 80% de tus acciones laborales sólo generan el 20% de tus beneficios.

Es aquí donde hay que incidir. El 80% de tus acciones sólo generan el 20% de tus beneficios. Es, decir el 80% de tu tiempo no es eficiente, ya que se dirigen a acciones que no son productivas. Pensemos en cuánto tiempo podríamos tener libre para invertirlo en lo que nosotros quisiéramos (nuevos proyectos, a la familia, al ocio) si elimináramos ese 80% del tiempo que no es productivo. Es más, si este teorema sólo lo aplicamos laboralmente, imaginaos cuánto rendimiento podríamos sacarle, si el 80% de tiempo no eficaz se lo dedicáramos a esas acciones que nos son más productivas. Evidentemente nuestros resultados mejorarían exponencialmente.

La aplicación de esta ley es muy sencilla, ya que simplemente tenemos que analizar a qué dedicamos nuestro tiempo y cuál es su fruto. Y a partir de ahí, sólo tenemos que tener la valentía de cambiar nuestros mecanismos de gasto de tiempo, y empezar a dedicar nuestro tiempo a las acciones más productivas.

Si creéis que esta ley solo es aplicable a las empresas o a las instituciones, estáis equivocados, os pongo dos ejemplos:

-          Trabajador de una empresa: cualquier trabajador tiene que ser evaluado. Va a tener a una persona que le va a marcar unos objetivos y va a prestar atención a la obtención de éstos. El trabajador si es capaz de entender bien estos objetivos, y saber qué objetivos son más importantes (acciones productivas) para su jefe, puede dedicarle a ellos la mayor parte de su tiempo (más del 20% que indica Pareto), con esto logrará que su jefe tenga mejor concepto de él. Sin contar que el trabajador contará con mayor tiempo libre ya que su organización será mejor, puesto que tiene claro cuáles de sus acciones son las más productivas, ya que tiene claro cuáles son los objetivos a lograr.

-          Buscando empleo: si estamos buscando empleo, podremos analizar las acciones que hemos tomado para encontrarlo, y ver cuáles han hecho que tengamos una entrevista de trabajo, o qué tipo de empresas se sienten más atraídas por un trabajador de nuestro perfil. Si dedicamos más tiempo a esas acciones que nos han demostrado que tienen mayor resultado y por el contrario dejamos de dedicarle tiempo a esas acciones improductivas, aumentará nuestra productividad, y conseguiremos unos mejores resultados.

Reflexionad, sobre esta ley y dejad que Pareto os ayude a gestionar vuestra agenda.

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