Esta
vez toca hablar del liderazgo. Una de las quejas que existe hoy en nuestra sociedad
es la falta de liderazgo. “Los políticos, carecen de ello”. “Los jefes ni lo
tienen, ni lo buscan”. “Los profesores
no le dan ninguna importancia” “Y del autoliderazgo mejor ni hablamos”. Estas
son opiniones que todos alguna vez hemos
tenido, o al menos las hemos escuchado.
Si
reflexionamos sobre este concepto. Lo primero que nos viene en la cabeza son
conceptos con connotaciones positivas: guiar a un grupo, marcarle el camino.
Influir en los demás.
Cuando
nos imaginamos a un líder, su cualidad más importante es el poder. El poder
sobre las decisiones de los demás, sobre el entorno, sobre la evolución del
colectivo al que pertenece o al cual dirige.
Se
puede diferenciar dos tipos de poderes:
-
El poder formal: es el poder que viene de arriba hacia abajo. El
ejemplo más claro es el de una empresa. Es el poder que el gerente de una
empresa otorga al jefe de un departamento.
-
El poder moral: es el poder que le entregan las personas que componen
un grupo a su líder. Este poder no viene impuesto, hay que ganárselo y viene
acompañado por reconocimiento por parte del colectivo.
Para
que un colectivo tenga un liderazgo eficaz, es tan importante el poder formal
como el moral. Cuando los dos se dan, se puede llegar a lograr los objetivos más
ambiciosos (el cambio).
Para entender
mejor este concepto, quería hacer hincapié en el cambio de una institución
conocida por todos. El Atlético de Madrid. Históricamente es un club con poca
tranquilidad institucional, la cual se ve reflejada en el terreno de juego, lo
que se traduce en derrotas inesperadas que le hacen no lograr los objetivos que
debieran por la calidad de su plantilla.
Con la
llegada de Diego Pablo Simeone en diciembre del 2011, el primer equipo y el club sufre un cambio radical que se
traduce en un paz institucional que no tarda mucho tiempo en verse reflejada en
la consecución de grandes resultados deportivos.
A
Simeone le otorga el poder formal la junta directiva del club. Y el poder
moral, gracias a su trabajo, se lo otorgan primero la afición del Atlético de
Madrid y posteriormente sus jugadores. Es aquí cuando comienza el cambio. El
anterior entrenador no tuvo tanta suerte.
Cuando
te encuentras dentro de un grupo, es necesario saber que este es especial, que
tiene características claras que lo diferencian del resto. En definitiva, tienes
que sentir que tienes una gran suerte en pertenecer a este grupo, y que los
demás te envidian. Esto Simeone lo hace como nadie, y hay varias muestras. Os
dejo con una, donde explica la importancia que tiene la camiseta de su club con mucho sentido del humor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario