domingo, 25 de agosto de 2013

¿DE DONDE VIENEN LAS NUEVAS IDEAS?

Sería fantástico, saber donde está los grandes almacenes de las “buenas ideas”, la tienda de las “ocurrencias magnificas” o el bazar de los “pensamientos innovadores”. Por desgracia eso no existe, pero si existieran, habría gente haciendo cola para conseguir alguna idea asombrosa.


Ya sabemos que las ideas no vienen de los comercios… pero, ¿de dónde viene las buenas ideas?
La respuesta es fácil, de la nuestra mente, y todos tenemos una. Lo que diferencia que una tenga más y mejores ideas que otras, es una sería de circunstancias que hay que tener en cuenta:

1.- Curiosidad: las ideas se forman a partir de conocimientos que adquirimos, y que conseguimos relacionarlo significativamente con otros que ya teníamos, creando una idea o un concepto. La curiosidad y las ganas de indagar sobre conceptos nuevos es fundamental para surjan ideas. Hay una frase magnifica sobre este concepto,  que se la oí por primera vez a Mario Alonso Puig: “La mente no es un cubo que llenar, sino una llama a la que alimentar”. Tenemos que educar a nuestra mente a ser curiosa y a trabajar sobre nuevos conceptos.

2.- Conectividad: ideas surgen porque conectas otras ideas anteriores u otros conceptos. También porque conectas con personas que te rodean e intercambias información, que muestran necesidades, que te cuentan soluciones a otros problemas similares a los que tú te enfrentas… Las ideas nunca llegarían a buen puerto, si no existiera la conectividad.

3.- Trabajo: nunca llegará tu idea a ser una “gran idea” si no le dedicas tiempo, y si no trabaja sobre ella para mejorarla y darle forma. Si creemos que el proceso de formación de la una es puramente mental e instantáneo, estamos totalmente equivocados. Detrás de las grandes ideas hay trabajo, y en ocasiones muchísimo trabajo.
“Que la inspiración te pille trabajando”
                                               Pablo Picasso

4.- Paciencia: cada idea tiene un proceso de elaboración diferente, algunas tardan unos días, otras una semana y otras años. La paciencia es importantísima para poder desarrollar correctamente nuestras ideas. ¿Cuántas grandes ideas se habrán quedado por el camino por falta de paciencia? Para tener paciencia, hay que tener claro dos conceptos muy importantes:
- Lo que se crea en esa idea. El concepto que tengas sobre ella, y de lo magnifica o mediocre que creas que es. Es decir, el valor que tú le des a ella.
- La determinación que tenga el conocedor de la idea para llevarlo a cabo. Las ganas que tengas para luchar con todos los problemas que surja en el proceso.

5.- Acción: este concepto es el más importante. Las ideas, son eso, ideas. Las buenas ideas son ideas que se han llevado a cabo con un resultado óptimo.  No sirve de nada imaginarnos, mil cosas, que si no las ejecutamos simplemente se quedarán en pensamientos que caerán en el olvido. Tenemos que luchar por no convertirnos en las personas que cuentan millones de ideas geniales y que no emprenden ninguna.

Os dejo un vídeo genial de Steve Johnson, que explica perfectamente el proceso de creación de una idea.





Resumiendo, las buenas ideas vienen de la mente. Y todas tenemos una mente fabulosa, lo que es necesario que la apoyemos con: curiosidad, conectividad, trabajo, paciencia y acción para que puedan surgir esas ideas inolvidables.

domingo, 18 de agosto de 2013

PREGUNTATÉ Y SOLUCIONA CONFLICTOS

Que extrañas son las relaciones personales. Cada persona las entendemos a nuestra manera, podríamos asegurar que no hay dos relaciones iguales.

No simplemente me refiero a relaciones sentimentales o de pareja, también me refiero a relaciones familiares, a relaciones laborales, a la relación entre amigos. Vamos cualquier tipo de relación que se desarrolle entre dos personas.

Tengo la firme convicción, que los momentos y los lugares especiales, lo son porque en ellos paso “algo” fantástico con alguna persona. Si, lo que le da sentido a nuestra vida es la manera de relacionarnos (o no) con los demás. Y, ¿por qué a veces las cuidamos tan mal? No lo puedo entender.

“Cuanto más sudas en tiempo de paz, menos sangras en tiempo de guerra”.
                                                                                   Lema de los NAVY SEAL

Las relaciones personales, parecen muy caprichosas, cuantas veces nos vemos envueltos en un conflicto con una persona sin darnos cuentas, y hacemos o decimos cosas que no deseamos, lo cual no hace nada más que empeorar la situación. Convirtiendo lo que iba a ser una comunicación normal en una comunicación trascendental que ni una ni otra parte estaba preparada para afrontar, por lo que se da lugar a un conflicto costoso de solucionar.


Esta situación además de nuestras vidas personales, sucede en nuestras vidas profesionales. Con nuestro compañeros, con nuestros jefes, con las personas que tenemos bajo nuestra supervisión. Y dan lugar a conflicto que empeora el entorno de trabajo y que a la empresa le acaba constando mucho dinero, por baja productividad, por dedicar mucho tiempo a la solución de conflictos.

Voy a soltar una afirmación arriesgada… Casi todos los conflictos entre personas vienen por falta de reflexión por alguna parte, y en algunas ocasiones por falta de reflexión de las dos partes. En lugar de la reflexión aparece la improvisación y la imaginación intentando suponer el significado que tiene las palabras y los actos de la otra persona que ahora se convierte en nuestro contrincante.
Sobre este tema, encontré una reflexión muy interesante en un libro de Antonio Moar “Pregunting”, que es totalmente recomendable, y que me gustaría compartir con vosotros. Moar  en este libro defiende la importancia que tiene hacerse buenas preguntas para conseguir un buen desarrollo personal. En esta ocasión rescato un fragmento donde establece 10 preguntas que tienes que hacer sobre el conflicto y sobre tu manera de actuar cuando te encuentras ante la resolución del problema.

1.       ¿Es algo periódico y no algo puntual?
2.       ¿Lo reflexione antes?
3.       ¿Fui oportuno?
4.       ¿Me preocupé de saber si estaba receptivo?
5.       ¿Lo centré en su conducta (no en su persona)?
6.       ¿Hice una descripción de hechos sin evaluar le?
7.       ¿Fui suficientemente específico?
8.       ¿Trabaje sobre el QUÉ, no sobre el POR QUÉ?
9.       ¿Le di un feedback sobre algo que realmente él puede cambiar?
10.    ¿Lo orienté a mejorar y no a descargar?


Si cuando aparece una situación en la que no nos encontramos cómodos con otra personas, tuviéramos en cuenta estas preguntas cuando nos dirigimos a el/ella, seguramente no solo resolveríamos el conflicto, sino que nuestra relación saldría más reforzada.

domingo, 11 de agosto de 2013

QUIEN TE QUIERE TE HARÁ LLORAR

Nos volvemos a ver. Hola ¿Sabes qué? Ya me acostumbrado a tu presencia.

La verdad es que no recuerdo cuando fue la primera vez que apareciste en mi vida. Pero tiene que ser desde hace mucho tiempo, ya que me conoces muy bien. Solo tú eres capaz de darme donde más me duele.

No recuerdo cuando te vi por primera vez, pero recuerdo perfectamente cuando fui consciente de tu presencia. Como olvidarlo. En un instante cambio todo mi día, y quizá mi semana, ya no lo recuerdo, fue hace mucho tiempo. Apareciste para dejarme en ridículo, para mostrar todas mis carencias, para demostrarle a todo aquel que me rodeaba que mis capacidades eran muy limitadas y que no era digno de confianza.

Sí, todo eso lo conseguiste tú, en un instante. Utilizaste tus “poderes” y te marchaste sin más, dejando un reguero de desconfianza en mis posibilidades que duros semanas.

Aprendí a olvidar, o eso es lo que creía yo. Después de superar esa experiencia, todo empezó a ir como antes. Ya me encontraba mejor. Mis sueños volvían a dominar mi vida, podría imaginándome alcanzando mis metas, cuando de golpe te presenta otra vez. Sin avisar. No lo entiendo, que problemas tienes con comunicar previamente tu presencia  ¿Por qué disfrutas asustando? ¡Hay que ver lo que te gusta una cara de terror!

Volviste a salirte con la tuya y a destapar todas mis carencias, a dejar en evidencia mi falta de reflexión y preparación. Pera esta vez fue mucho más duro. Ya sabía de tu existencia, sabía a lo que te dedicas, pero creía que tenías cosas más importantes que hacer que volver a mi vida. Y volviste, para otro instante, previo a otra época de desolación donde mi autoconcepto descendió a niveles nunca antes imaginados.



Lo superé. Ya sabes lo que se dice, “el tiempo lo cura todo”, y lo curo, y me dio un regalo. Si el tiempo también regala. Lo aprendí en aquella situación. Si estas atento el tiempo te regala continuamente, te regala experiencia.

Fue un presente muy valioso. Gracias a ella, me di cuenta que tu no apareces en un solo instante. Realmente tu nunca te vas, estas siempre pendiente para aparecer y dejar tu sello. Permaneces agazapado, expectante, esperando que mi atención se relaje para dejarme en evidencia.

Convertí a la experiencia en mi mejor amiga. No te imaginas el tiempo que dedicamos hablar de ti. Es sorprendente todo lo que ella sabe de ti. Me enseño muchísimo, me dijo todas las cosas malas que haces y que me harías. Que eras indestructible, y que tenías una paciencia infinita para esperar a que mi atención se relajara, y es cuando aprovecharías para darme en mis entrañas.

Pero mi nueva amiga no solo me dijo tus cosas malas. En el fondo te aprecia bastante. Me enumero otras buenas, muy buenas. Me dijo que te encanta llamar la atención, pero que no te lo tuviera en cuenta.  Me comento que eres el único que me harías crecer. Que gracias a ti podría conseguir desarrollar mis aptitudes, que apoyándome en ti conseguiré alcanzar objetivos cada vez más altos. Que aunque no lo pareciera, realmente no tenías mal corazón y que tus intenciones son buenas. El único problema real que tienes es que te gustan que las cosas se hagan bien, y que odias la imperfección. Y que cada vez que ves algo de mala calidad, no lo puedes evitar, tienes que mostrárselo a todo el mundo. Este es tu único defecto.

“Quien te quiere te hará llorar”. Que sabio son los refranes.  A mí me va la marcha, porque desde que te deje que entraras mi vida contigo, no he dejado de disfrutar haciendo cosas, aunque tú estuvieras detrás de mí diciéndome todo aquello que puedo hacer mal.

Y nos debe ir fenomenal, porque estoy deseando hacer cosas nuevas para poder volver a verte más a menudo. Y espero que nuestra chispa no se acabe, creo que vamos por buen camino, ya que te encuentro más interesante y capaz que nunca.

No sé que me das pero cada vez que oigo a alguien pronunciar tu nombre: Error, se me pone una sonrisa en la cara.

Gracias Error, por enseñarme tanto. Espero que nunca me abandones, porque gracias a ti aprendo cada día.


Michael Jordan

domingo, 4 de agosto de 2013

EL COSTE DE OPORTUNIDAD




En economía hay un concepto que me parece muy interesante, el coste de oportunidad.  Intentare explicarlo sin entrar en conceptos muy técnicos. El coste de oportunidad es lo que dejas de ganar cuando tomas una decisión entre dos opciones. Cuando eliges una de las dos opciones que tienes, el coste de oportunidad es lo que dejas de “ganar” por no elegir la otra opción. 

Espero que haya conseguido explicar el concepto. Lo interesante de él no es su uso económico sino que se puede aplicar a nuestra vida diaria. Todos los días tomamos decisiones en nuestra vida, tanto personales como profesionales.

Todas estas decisiones que vamos tomando diariamente dan como resultado final la persona que nos convertimos y los logros que alcanzamos.

“Pequeñas decisiones conducen, con el tiempo, a grandes consecuencias.”
                                                                                                 Robin S. Sharma

Cuando el coste de oportunidad de una decisión es bajo, es que hay mucha diferencia entre las dos decisiones entre las que elegimos, y claramente la que elegimos es mucho más beneficiosa.

El problema surge cuando en nuestras vidas se van sucediendo las decisiones donde el coste oportunidad es elevado, eso significa que la opción que no elegimos a la larga es más beneficiosa que la optamos por hacer ahora.

Por desgracia, estos casos los podemos ver constantemente, y en todas las personas. Desde muy temprana edad elegimos. Quien no ha tenido que decidir en época escolar entre realizar un plan con los amigos o quedarse estudiando el examen del día siguiente ¡Como nos suena esto! Pues bien la decisión si pensamos en el corto plazo está clara (salir con los amigos), pero si pensamos en el medio plazo sería otra (estudiar para aprobar el examen). Creo que todos nos podemos imaginar cómo acabaría la vida escolar cuando un joven se limita a tomar decisiones a corto plazo y no estudiar para aprobar los exámenes. Su coste de oportunidad sería muy alto, su vida no estaría muy bien enfocada.

Tendríamos que ser conscientes de las decisiones que tomamos constantemente, y de que cada cosa que hagamos, hay una que dejamos de hacer, y quizá esa es la que nos llevará a estar en esa situación con la que siempre habríamos soñado. 

Cuando se llega a ese sitio soñado, las decisiones se conviertes en fáciles, muy fáciles. Ya no hay coste de oportunidad que valga. 

Hace 6 años vi el Informe Robinson (muy recomendable) que le hicieron a Ricky Rubio, jugador español de baloncesto de la NBA, que desde muy pequeño destaco en ese deporte lo que le hizo que debutaran en la ACB (primera división de baloncesto española) con 14 años, lo que hizo que se perdiera muchas cosas que normalmente viven los chicos de su edad. En esa época tuvo dudas si merecía la pena tanto esfuerzo para poder jugar al baloncesto, su coste de oportunidad era muy elevado en ese momento. Pero tras años de esfuerzos y ser un jugador totalmente consolidado en la NBA, evidentemente visto con perspectiva ese coste de oportunidad era mucho menor.



Es una pena ver a personas que añoran grandes objetivos, pero que en las decisiones diarias optan por coger aquellas acciones que no le supone esfuerzo y deja de hacer que le acercara a sus metas. El coste de oportunidad es tan grande que decisión a decisión ira aplastando sus sueños. 

Disfruta de un video de una persona que seguro que está encantado de las decisiones que ha tomado durante su vida.