Las grandes ciudades están llenas
de ruidos. En las calles se escuchan coches, bocinas, gente chillando,… esto
como bien sabemos todos genera estrés. Pues bien, ese no es el peor ruido de
todos. NO. Hay otro ruido mucho más continuo y que eleva mucho más nuestro
nivel de estrés: el ruido de nuestra cabeza.
En serio, ¿que le pasa a nuestra
mente?, no para. Esta todo el día con pensamientos. Se va uno y viene otro.
Estamos analizando el primero de ellos, pero rápidamente el segundo ya le esta “empujando”
y enviándole a ese sitio dentro de nuestro cráneo donde se resguarda donde un
tiempo prudencial para volver a asaltarnos de nuevo en forma de pensamiento
cuando menos te lo espera. Seguro que os suena.
Este proceso, en si no esta mal.
Los pensamientos son buenos. Reflexionar sobre las cosas tiene muchas ventajas,
y ya no diga nada tener (buenas) ideas. Esto es fenomenal. Pero cuántas veces
nos encontramos desbordados por nuestros pensamientos. En cuántas ocasiones sufrimos
un colapso mental debido a nuestras preocupaciones (reflexiones negativas) y
por nuestros pensamientos negativos. Que grandes decisiones seríamos capaces de
tomar si nuestra mente estuviera en blanco y pudiera centrar toda su atención
en aquello que decidir.
Conozco a gente que daría parte
de su sueldo por estar “sin pensando” durante un ratito
cada día. Ahora mismo, muchas mujeres pensarán que los hombres lo hacemos
constantemente. Pero no me refiero a eso. Lo que propongo es un estado donde la mente se disuelve y es
libre de sus propios pensamientos, mostrando una máxima concentración en el
momento presente. Pues esto es exactamente la definición de meditación.
Meditar tiene múltiples
beneficios:
• Relajación física.
• Más conciencia sobre los procesos del pensamiento.
• Tranquilidad creciente y capacidad para superar el estrés.
• Desarrollo de la conciencia.
• Fomento de la autocomprensión.
• Desarrollo del pensamiento creativo.
• Desarrollo de la memoria.
Lo que os propongo no
es que os dirijáis a una montaña, os crucéis de piernas, y entréis en estado de
“plenitud absoluta”. Lo que aconsejo es que busquéis un ratito al día (un
minuto es suficiente) para estar en total tranquilidad, viviendo el momento
presente y “sin pensando”.
Si lo probáis os daréis
cuenta de los grandes beneficios que os aporta la minimeditación. Para que podáis practicarlo os dejo un vídeo excelente que os explica como podéis meditar en menos de un minuto. Es un vídeo práctico, por favor realizo como indica el vídeo, vuestro mente os lo
agradecerá.
Si has visto el vídeo y no has podido hacerlo porque
no era ni el momento ni el lugar, no te preocupes. Apúntatelo y hazlo más
tarde. Os aseguro que os será de mucha utilidad en los momentos de estrés máximo.
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