En los dos siguientes artículos voy a hablar
de personas que nos quitan la energía, que consigue que los días se hagan más
largos y duros a quien les rodea. Gente que siempre tiene una frase apropiada
para que el resto se meta en el “hoyo” o se caigan por el abismo:
gente tóxica.
Este término es acuñado por Bernardo
Stamateas, y engloba a todas aquellas personas que con su comportamiento
inciden directa o indirectamente en la vida de los demás, y por desgracia para
mal.
Sal a la calle y echa un vistazo. Te puedes
encontrar con ellos en cualquier situación. En el trabajo, en casa, dentro de
la familia, en tu grupo de amistades, tu pareja,… Están por todas partes. Esto,
sin duda nos condiciona, y queramos o no, tiene incidencia en nuestra
personalidad.
Pero no hay problema, nuestra vida mejora
susceptiblemente si les echamos de nuestra vida, o si aprendemos a vivir con
ellos y no le damos mayor importancia a sus actuaciones.
Lo primero que hay que hacer es reconocerlos.
A continuación os describo a cinco clases de tóxicos que te puedes encontrar en
tu entorno:
-
El victimista: es negativo, cree que el mundo
está en su contra. Todo se convierte en problemas que le bloquean y no le deja
actuar, ya que tiene la excusa perfecta para no hacerlo: su mala suerte. Tiene
gran facilidad para que la gente de su entorno se sienta culpable por su mala
suerte.
-
El humillador: Disfruta dejando en mal lugar a
su entorno. Es amigable y es posible que se gane nuestra confianza, pero
encontrará una situación en la que pueda utilizar esa información que tiene de
nosotros para humillarnos y, casualmente, será en público.
-
El agresivo verbal: es una persona ofensiva, con
facilidad para “encenderse” y perder las formas. Su tono de voz, sus
comentarios y su lenguaje corporal tienen el objetivo de hacernos sentir
ineptos y débiles.
-
El neurótico: necesita el máximo control
sobre todo. Se ponen metas inalcanzables, las cuales les hace sufrir a ellos y
a los que les rodea. Intenta adelantar los problemas hasta la enfermedad, tanto
que ven situaciones conflictivas donde no las hay. El gran problema de este
tipo de personas es que exigen a su entorno una posición de alerta que llega a
desesperar, lo que hace que ellos mismos se sientan incomprendidos.
-
El mediocre: no tiene ningún objetivo
marcado. La desidia es su seña de identidad. Su desmotivación tiene
denominación de origen y es capaz de quitar la ilusión a cualquiera que se
acerque a él.
Ahora le vamos a dar la oportunidad al
creador del término a que se explique. No dejes de ver el video.
Ahora te propongo un juego. Encuentra en tu
entorno al menos una persona de cada grupo. Pero no busques muy lejos, a lo
mejor tu mismo tienes comportamientos (aunque sea puntualmente) de este estilo.
El próximo artículo hablare de otros cinco
tipo de personas toxicas que se dan más en el entorno laboral. Hasta dentro de
3 días.
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