domingo, 3 de febrero de 2013

DIME CON QUIEN ANDAS...


En los dos siguientes artículos voy a hablar de personas que nos quitan la energía, que consigue que los días se hagan más largos y duros a quien les rodea. Gente que siempre tiene una frase apropiada para que el resto se meta en el “hoyo” o se caigan por el abismo: gente tóxica.

Este término es acuñado por Bernardo Stamateas, y engloba a todas aquellas personas que con su comportamiento inciden directa o indirectamente en la vida de los demás, y por desgracia para mal.

Sal a la calle y echa un vistazo. Te puedes encontrar con ellos en cualquier situación. En el trabajo, en casa, dentro de la familia, en tu grupo de amistades, tu pareja,… Están por todas partes. Esto, sin duda nos condiciona, y queramos o no, tiene incidencia en nuestra personalidad.

Pero no hay problema, nuestra vida mejora susceptiblemente si les echamos de nuestra vida, o si aprendemos a vivir con ellos y no le damos mayor importancia a sus actuaciones.

Lo primero que hay que hacer es reconocerlos. A continuación os describo a cinco clases de tóxicos que te puedes encontrar en tu entorno:

-          El victimista: es negativo, cree que el mundo está en su contra. Todo se convierte en problemas que le bloquean y no le deja actuar, ya que tiene la excusa perfecta para no hacerlo: su mala suerte. Tiene gran facilidad para que la gente de su entorno se sienta culpable por su mala suerte.

-          El humillador: Disfruta dejando en mal lugar a su entorno. Es amigable y es posible que se gane nuestra confianza, pero encontrará una situación en la que pueda utilizar esa información que tiene de nosotros para humillarnos y, casualmente, será en público.

-          El agresivo verbal: es una persona ofensiva, con facilidad para “encenderse” y perder las formas. Su tono de voz, sus comentarios y su lenguaje corporal tienen el objetivo de hacernos sentir ineptos y débiles.   

-          El neurótico: necesita el máximo control sobre todo. Se ponen metas inalcanzables, las cuales les hace sufrir a ellos y a los que les rodea. Intenta adelantar los problemas hasta la enfermedad, tanto que ven situaciones conflictivas donde no las hay. El gran problema de este tipo de personas es que exigen a su entorno una posición de alerta que llega a desesperar, lo que hace que ellos mismos se sientan incomprendidos.

-          El mediocre: no tiene ningún objetivo marcado. La desidia es su seña de identidad. Su desmotivación tiene denominación de origen y es capaz de quitar la ilusión a cualquiera que se acerque a él.

Ahora le vamos a dar la oportunidad al creador del término a que se explique. No dejes de ver el video.


Ahora te propongo un juego. Encuentra en tu entorno al menos una persona de cada grupo. Pero no busques muy lejos, a lo mejor tu mismo tienes comportamientos (aunque sea puntualmente) de este estilo.

El próximo artículo hablare de otros cinco tipo de personas toxicas que se dan más en el entorno laboral. Hasta dentro de 3 días.

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