miércoles, 10 de abril de 2013

LA BUENA SUERTE SE PERCIBE


Mira que es caprichosa la suerte. Siempre sonríe a los mismos, mientras otros no la ven ni de lejos. Por que hay personas que siempre encuentran aparcamiento en la puerta de los sitios, mientras otras tienen que andar bajo las lluvias varias manzanas después de aparcar para llegar al sitio señalado.


Hay gente que casi todo los proyectos que se plantean, le sale bien, mientras que los proyectos de otros van saltando de complicación en complicación. La suerte nos es caprichosa, la suerte tiene muy mala leche, siempre va en contra de los mismos… si lamentablemente ese es el pensamiento de muchas personas, que culpan a la suerte (a la mala suerte) de su situación vital.


No lo voy a negar, existe la mala y la buena suerte. Vaya que existe, pero en momentos puntuales, en situaciones concretas. Lo que no existe son personas que tenga buena o mala suerte. Hay experiencias puntuales que solo se puede explicar desde la buena o la mala suerte, pero de esas experiencias hay pocas en la vida. Pero esos actos que les suceden a esas personas que les decimos que tienen buena suerte en la vida, no son fruto simplemente de la buena suerte.




“Cuanto más entreno más suerte tengo”.

                                             Greg Norman


La “suerte” continua es una mezcla de varias características, circunstancia y hábitos,… por enumerar algunos: el trabajo, la intuición, la constancia, el talento,.. pero sobre todo el saber detectar las oportunidades.


De este último os quiero hablar, detectar las oportunidades. Hay personas que tiene una especie de don, son capaces de que a su alrededor se alineen los planetas para ofrecer un sinfín de posibilidades para que el azar se ponga de su parte. Casualmente todas estas personas, que mueven los planetas a su merced, no tienen poderes paranormales. No. Todos ellos tienen una capacidad asombrosa para localizarse en el “ahora”, para vivir el momento presente, analizándolo (subconscientemente) para poder desmembrar todas las circunstancias que se derivan de una sola escena, percibir multitud de posibilidades, y ¡voilà!, una de esas circunstancias se traducen instantes, minutos, días o años después, en buena suerte.


Muchas personas viven tan disgustadas con lo que aconteció en el pasado y tan preocupadas por lo que vendrá en el futuro, que no se ponen a analizar el ahora. ¡Y qué pena! a lo mejor en ese ahora pueda observar alguna circunstancia que cambie radicalmente las preocupaciones de su futuro, y quizá, también la percepción que tenían de su pasado. Casi siempre estos sujetos, piensan que la vida les castiga con mala suerte.


Mientras que hay otra porción de población mundial, muy pequeña por desgracia, que vive desmembrando las posibilidades del presente, considerándose sujetos afortunados. Pues esta personas tiene un comportamiento que se retroalimenta. Analizan el ahora, perciben las oportunidades presentes, y perciben “su suerte”. Como el proceso ha terminado con éxito, esto le motivará para en el futuro centrarse más en el ahora, lo que le generará más oportunidades para buscar “la suerte”.


La buena suerte se trabaja. Simplemente hay que analizar, explorar, y dejarse sorprender. La suerte te rodea, aprende a encontrarla.


Elsa Punset pone ejemplos claros de cómo se consigue la buena suerte, disfrutarlo, porque lo deja muy claro.

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