domingo, 21 de abril de 2013

DISFRUTA DEL TRABAJO DURO


Estamos en una sociedad dominada por lo superfluo, lo inconstante, lo breve, por el aquí y ahora. Todo se mueve a  partir de modas pasajeras, de cánones de comportamiento que duran un fragmento de tiempo insignificante, lo que provoca que las cosas pierdan importancia.

Por suerte (o por desgracia), y haciendo caso a la esperanza de vida que rige este país, yo todavía no he llegado a la mitad de mi vida. Pero ya hay cosas que me llaman soberanamente la atención y que creo que en estas tres décadas de vivencias que atesoro,  me ha dado muestras de que esto, lejos de cambiar, va a peor.

Cada año veo que la gente trabaja menos. Y con trabajo no me refiero a la labor remunerada, no es nada de eso. Me refiero a horas de prácticas que le dedican a conseguir un sueño o a desarrollar un proyecto. Al tesón de conseguir encontrar el control de alguna materia por la que se siente atraído. Es ese el trabajo que me refiero.

Hoy en día, nuestros pensamientos van mas encaminados a la satisfacción en el instante siguiente. Cuando nos planteamos algo que realizar, enseguida miramos si los primeros instantes de esa labor nos va a llevar al disfrute o a la diversión. Y por desgracia, que sucede, que las actividades nuevas que nos planteamos no esta en nuestra zona de dominio, por lo que no nos hacen feliz, y al poco tiempo acabamos abandonándolas. Y así es imposible mejorar nuevas facetas o conseguir nuevos cambios en nosotros.


Marcom Glandwel, escritor, periodista y sociólogo estadounidense,  tiene una teoría sobre la práctica con la que estoy muy de acuerdo. Marcom defiende que para lograr ser un experto en una determinada materia le tienes que dedicar a ella unas 10.000 horas de práctica. Eso quiere decir 10 años de 20 horas semanales de práctica.

Os invito a reflexionar. Cuantos os habéis propuesto un sueño o un proyecto, ¿y lo habéis abandonado? Seguro que muchos, yo el primero. Ahora la pregunta lapidante ¿Cuántos hemos abandonado ese sueño o ese proyecto sin realizar las 10.000 horas de prácticas? Seguramente los mismos que antes. Y lo que es peor hemos abandonado ese proyecto pensando que era imposible de realizar, casi antes de empezar.

Seguro que después de esta reflexión de las 10.000 horas, hay un 80% de personas, que han pensado. “Si hombre como le voy a dedicar 20 horas semanales a algo, con la cantidad de trabajo (remunerado) y obligaciones familiares que tengo”. Bien les pido a esas personas que dejen de leer este artículo, y que se vayan a trabajar (remunerado) para terminar antes y poder disfrutar de su familia. El resto del artículo es para el otro 20% de las personas que no se ponen excusas.

Tenemos que encontrar la satisfacción en trabajar duro con ahínco, para conseguir dominar nuestra materia (lo que nos propongamos), con sacrificio todo se puede conseguir. Los comienzos son difíciles, asustan y nos enseñan nuestras carencias. Nuestra mente nos mostrara su gran inventivas en forma de excusas que nos llevará al abandono, es aquí donde nuestra tenacidad debe de guiarnos.
Lo bueno de ponerse meta no es conseguirlas. A cualquiera que conozcáis que ha conseguido un logro importante en su vida, os lo dirá. Lo bueno de conseguir el objetivo es haber vencido a los miedos durante el tiempo que has dedicado a perseguir la meta. Es esto lo importante. No es llegar, es poder recordar los instantes en los que no veías salida, y como al final lo superaste. Esta lección es valiosísima y aplicable en el resto de retos que nos enfrentemos en nuestra vida.

El trabajo duro, engancha, ¡disfrútalo! , y es lo único que te puede hacer lograr tus sueños.



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