Nos
encanta soñar, imaginarnos consiguiendo grandes logros, alcanzando grandes
metas. En la mayoría de ocasiones, un instante después, ponemos los pies en el
suelo y nuestra cabeza empieza a inventar otra vez, pero en esta ocasión miles
de excusas para no salir de nuestra zona de confort para no ir a por eso que
ansiamos.
Pero
hay veces, que el destino nos tiene preparada una sorpresa en forma de persona.
No tranquilos, no es un Ángel de la Guarda. Es una persona, de carne y hueso,
que aparece en tu vida, y que “hace que
pueda ser”. Consigue que de un plumazo se te vayan las excusas, y dentro de
ti aflore la confianza y que otra vez te vuelvas a imaginar logrando los
objetivos soñados, y que puedas acariciarlo con tus manos.
Esta
persona, a lo mejor la conoces de toda vida, o a lo mejor la conoces del próximo verano.
Sin importar cuando aparece, ni la forma, hace que te plantees cosas, que le
des una vuelta a tu escala de creencias. Los paradigmas que te gobiernan
empiezan a modificarse y si eres lo suficiente valiente empiezas a creer que es
posible eso que alguna vez te atreviste a soñar.
Si eres
una persona con suerte (o con insistencia), llegaras a poder hablar con esa
persona. Percibirás que es exageradamente normal. No tiene cualidades
imponentes. No tiene nada especial, no tiene nada que tú no tengas. Miento,
tiene una cosa que tú no tienes, y es que logró un reto muy parecido al que tú
te propones. Y como la persona funcionamos por comparación. Te comparas, te
analizas, le analizas a él. Y llegas a
la única conclusión posible: ¡Esta persona no es diferente a mí!
Y te
animas. Hablas con él o con ella, del reto que consiguió. Te cuenta cómo llego
a su meta con todo lujo de detalle, con mucha naturalidad. Estará encantado de
compartir contigo todas sus experiencias, ya que se siente feliz de haberlo
alcanzado y no le importará explicarte como lo puedes logra tú. Se sentirá como un padre orgulloso hablando de
sus hijos, ya que no hay padre que no le guste hablar de sus retoños.
Te lo
garantizo. No le importara ayudarte.
Todos
somos únicos. Pero los retos que nos proponemos hoy, casi con toda seguridad,
ya han sido realizados por otras personas en el pasado. Si tenemos la suerte de
conocer (y no me refiero personalmente) a esas personas, nos daremos cuenta que
estas personas no disponen de más cualidades que nosotros para llevar a cabo
esa labor. Simplemente han sido tenaces y han confiado en sí mismos.
Os dejo
un video de un cantautor Marwan, en el que explica como Ismael Serrano le
cambio la vida. Entre otras cosas porque él quiso que se la cambiara. Hace una reflexión sobre su historia muy interesante, y despues sigue una de sus mejores canciones. Disfrutad.
Hay
gente que te cambia la vida, pero tienes que dejar que te la cambien. Si no es
imposible. Os invito a todos aquellos que tengáis un reto por delante, y que tengáis
dudas. Que salgáis a buscar a esa persona que “hace que pueda ser”. Esa persona existe, y la necesitáis.