Existe la equivocada idea de que
el pragmatismo dirige nuestras vidas. Que hacemos aquello que nos garantiza una
recompensa a corto plazo. Que nuestro día a día se convierte en una ecuación matemática
que iguala el trabajo realizado con la recompensa que nosotros nos creemos que
merecemos. Y si esta igualdad no se cumple, terminamos con dicha ecuación.
No voy a negar que haya en
multitud de casos que esto es totalmente cierto, y que quizás todos en algún
momento hemos hecho uso de esta filosofía pragmática. Pero es que al colectivo
a los que pertenecemos no nos deja otra opción, y lo único que nos aporta es
una satisfacción instantánea, baldía y a largo plazo totalmente insuficiente.
Si queremos que los grupos a los
que pertenecemos logren un alto desempeño, debemos encontrar una gran
motivación que nos ayude a desarrollar
ese proyecto común. No vale con tener muy claro el objetivo que se persigue y que
este sea ambicioso, esto está bien para elevar el nivel de rendimiento de los
integrantes del grupo, pero te aseguro que seguirás entando muy lejos de lograr
un grupo con un nivel alto de desempeño.
Para que todos los integrantes
del grupo exponga su máximo potencial, deben tener muy claro a demás de donde
van (objetivo), el “para que”
quieren lograr ese objetivo. Que es lo que hace que ese proyecto en el que se
embarcan sea diferente a cualquier otro, y que tiene que ver con cada uno de
ellos, que les va a aportar. Y por desgracia día a día esto no nos queda claro
a casi nadie, por lo que terminamos recurriendo a la ecuación, esto hago, esto
me pagas.
No hay colectivo que sea
recordado por su gran labor, que no haya tenido claro él “para que” de su proyecto, todos al recordarlo tendríamos claro lo
que lograron, pero también tendríamos claro el que pretendía logrando ese
objetivo.
Valga a modo de ejemplo, Apple.
Todos sabemos que cumplieron su gran objetivo que era ser una potencia en el mundo de las nuevas tecnologías a través de la
innovación. Pero el “para que” también
estaba claro, qué era lo que realmente motivaba a las personas que trabajaban
en el proyecto, querían conseguir que las
nuevas tecnologías pudieran ser utilizadas por todas las personas y
facilitarlas la vida. Si duda es un gran motivo para levantarse cada mañana
e ir con las pilas puestas a tu puesto de trabajo.
Cuando el “para que” está claro, se convierte en un gran gestor del grupo. Consigue
aumentar el rendimiento de los componentes, aumenta la autonomía y sin duda lo
que me parece a mí más interesante, aumenta la innovación. Ya que además de lo
quieres, saben que el objetivo es importante, lo que hace que las personas
integrantes del grupo sean capaces de desplegar todos sus cualidades para
encontrar una solución a los problemas que se presentan.
Disfrutad de lo que queda de
domingo, y espero que tengáis una buena semana, llenas de “para que” que hagan
vuestros días inolvidables.
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