Una de las cualidades que más
admiro en las personas es la flexibilidad. Entendida como la capacidad que
tienen para adaptarse a todo tipo de situaciones y entorno.
Por suerte la vida cada vez es más
larga. Nuestra esperanza de vida es mucho mayor que lo era hace simplemente dos
décadas. Y tiene pinta de seguir creciendo seguramente hasta los 100 años. Y
esto es muchísimo tiempo, en un siglo pueden pasar muchas cosas. Hace simplemente
15 años el uso de internet no era muy común y ahora nos ha cambiado la vida a
todo el mundo.
“Discúlpeme, no le había reconocido;
he cambiado mucho”
Oscar
Wilde
La única manera de plantearse
vivir casi un siglo es plantearse la vida en periodos cortos de tiempo, entre
los cuales se tiene que producir un proceso de cambio, un periodo para reinventarse y poder adaptarse a
las situaciones que rodena nuestra vida. Se acabo eso de dedicar tu vida entera
a un trabajo y que tus circunstancias sean muy similares cuando naces a cuando
(desgraciadamente) mueres.
Reflexionando sobre este tema, os
quiero acercar el caso del águila, que sin duda es un animal que ha aprendido
que la vida es cuestión de ser flexible y reinventarse.
El águila es el ave de mayor longevidad en su especie, puede
llegar a vivir hasta 70 años. Pero para llegar hasta esa edad, a los 40 años
debe tomar una importante decisión.
Con esa edad sus uñas ya son flexibles, lo que no les servirá
para agarrar a sus presas. Su pico se habrá encorvado demasiado y apuntará
hacia su pecho. Sus plumas están envejecidas y se han vuelto pesadas, lo que
hace que su vuelo se dificulte. Todo esto reduce sus posibilidades de encontrar
alimento ostensiblemente.
En este periodo de su vida el águila se encuentra ante una
enorme decisión. O muere o se enfrenta a un doloroso proceso de transformación
que dura 150 días.
Este proceso consiste, en volar a lo alto de una montaña e
instalarse allí en un nido, donde no tenga necesidad de volar. Y comienza el
cambio…
Primero se golpea violentamente el pico contra la pared,
hasta que consigue arrancarlo. Cuando lo logre, esperará el crecimiento de un
pico nuevo, más fuerte y menos curvado.
Es aquí cuando empieza el segundo paso. Utilizando el pico
empezará a arrancarse una a una las uñas de sus garras, y estas crecerán de una
manera más solidas que las antiguas uñas.
Con las nuevas uñas tendrá lugar el tercer paso. Las utilizará
para desplumarse, se arrancara todas las plumas que hay en su cuerpo, para que
surja un nuevo plumaje.
Después de este proceso de 5 meses, el águila ya se puede
enfrentar a su vuelo de renovación y lo que es más importante a sus 30 años de
vida que le quedan aún por delante.
La vida te colocará en
situaciones complicadas, hay que enfrentarse a ella de una manera valiente y
flexible, y realizar todo el proceso que sea necesario para lograr superar
nuestras nuevas adversidades. Disfruta de un video extramente corto, pero que
te lo dejará meridianamente claro. ¡Hakuna Matata!
Increíble. Excelente explicación y con un ejemplo magistral el proceso de adaptación-cambio del ser humano... para ser humano. La pena es que hay mucho miedo impuesto y aceptado en la gente para arrancarse el pico, las garras y las plumas... "¿Será mejor lo que viene que lo que viví? Estaré bien considerado si cambio? Podré soportar esa pérdida?"
ResponderEliminarEnhorabuena, desde ahora mismo te sigo...
Osea, que cuando se llega a la crisis de los 40, te vas al dentista a ponerte una sonrrisa Holywood, un implante de pelo y una buena manicura (en incosol o cualquier otro sitio similar), y de nuevo a conquistar el mundo!!
ResponderEliminarMe parece bien como apoyo psicológico, pero muy mal cuando se usa como excusa para darte la patada y hacerte ver que es por tu bien.
Parece que estamos en la epoca de los vende humo (coaching le llaman ahora?). Pero estos lo venden muy caro!!