El principal objetivo de este blog era poder
ayudar a las personas a desarrollar diferentes proyectos a lo largo de su vida.
Y en ello estamos…
Uno de los grandes problemas que existe al
enfrentarnos a proyectos nuevos es que los observamos en su totalidad, lo que
lo convierten tareas complejas y muy difíciles de abordar, lo que a la larga se
convierten en frustración y abandono.
Cuando nos proponemos el resultado a
conseguir (el fin del proyecto) hacemos un análisis de todas las tareas que hay
que llevar a cabo para su consecución, también analizamos todos las
circunstancias que se deben dar para que esas tareas se puedan desarrollar
correctamente. Esto provoca que por nuestra mente pasen multitud de logros que
conseguir para llegar a nuestra meta, pero por desgracia en nuestra materia
gris alternan los pensamientos de los logros con pensamientos negativos sobre
las circunstancias que hará que el proyecto que te has propuesto no llegue a
buen puerto.
“Soy un hombre viejo y he conocido numerosos
y enormes problemas,
aunque la mayoría de ellos nunca han
sucedido.”
Mark Twain
El análisis de los proyectos es necesario,
pero el problema es que la mayoría de las personas tienen un exceso de análisis
antes de comenzar la acción. Es importante que el análisis no te paralice, que
seamos conscientes que al hacer un análisis profundo siempre aparecerán cosas
buenas y malas, y que lo importante es pasar a la acción.
Hay un método infalible para sobreponerte a
las incertidumbres que te genera desarrollar el proyecto. Después de un
correcto análisis previo, y decidir que nos enfrentamos a él, debemos olvidar
el análisis y la reflexión y respondernos a la siguiente pregunta: ¿Cuál es la
acción siguiente?
Debemos desmenuzar el proyectos en acciones
pequeñas, asumibles y realizables. Y preguntarnos qué es lo que podemos hacer a
continuación que nos acerque un poco más
a la meta. No es necesario saber todas las acciones que componen el
proyecto, tampoco tenemos que saber la mayoría de las acciones, no es
imprescindible. Solo tenemos que saber cuáles son las primeras acciones que
debemos y podemos realizar, y realizarlas. No dudéis que cuando vayáis
realizando estas primeras acciones, sin duda os llevará a realizar otras nuevas
acciones que se apoyaran en las anteriores y que te llevarán a otras, y antes
de darte cuenta te encontraras frente a tu meta.
Hay que pensar en acciones no en tareas. Si
pensamos en tareas cometemos un error. Una acción es algo que podemos hacer
directamente y está definida completamente, y que no depende nada más que de
uno mismo. Una tarea es un deber por realizar, que no está definida
completamente, y que en muchos casos no depende de nosotros. Por ser un poco más concreto, podríamos
decir, que las tareas se componen de acciones. Si nosotros desmenuzamos los
proyectos en tareas, se nos queda el proyecto dividido en fragmentos (tareas)
que son muy difíciles de gestionar y manejar, ya que no te indica la acción
siguiente a realizar. Debemos desmenuzar los proyectos en tareas y estas en
acciones, ya que las acciones se pueden realizar, ordenar y planificar.
Intentare que la explicación quede más clara
con un ejemplo:
Pongamos que queremos cambiarnos de
domicilio. Y adquirir una casa en otra zona de nuestra ciudad. Podríamos decir
que:
-
Proyecto: Cambiarnos de
domicilio.
Este proyecto se dividiría en diferentes
tareas, una de ella podría ser:
-
Tarea: buscar diferentes
barrios que encaje con las características que nosotros buscamos.
Esta tarea se puede dividir en diferentes
acciones, que podría ser:
-
Acción 1: realizar una lista
con las características que deberían tener nuestro nuevo barrio.
-
Acción 2: realizar un listado
de los barrios de nuestra ciudad que cumplen estos requisitos.
- Acción 3: hacer un listado por
orden de los barrios o zonas que mejor se adaptan a nuestras necesidades.
Es necesario llegar hasta este nivel de
desmembramiento del proyecto. Las acciones son fragmentos fáciles de manejar,
las tareas son fragmentos demasiados complejos e inmanejables, que nos encamina
a abandonar los proyectos.
Cuando os enfrentéis al próximo proyecto,
después del análisis previo, realizaros la siguiente pregunta ¿Cuál es la
acción siguiente?
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