Hoy os quiero acercar un problema, que quizá, muchos conocéis, ya que salió
en una película muy taquillera a la cual dio nombre Invictus.
En la noche que me
envuelve,
negra como un pozo insondable,
doy gracias al dios que fuere
por mi alma inconquistable.
negra como un pozo insondable,
doy gracias al dios que fuere
por mi alma inconquistable.
En las garras de las
circunstancias
no he gemido ni llorado.
Ante las puñaladas del azar
si bien he sangrado, jamás me he postrado.
no he gemido ni llorado.
Ante las puñaladas del azar
si bien he sangrado, jamás me he postrado.
Más allá de este lugar
de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror,
no obstante la amenaza de los años
me halla y me hallará sin temor.
acecha la oscuridad con su horror,
no obstante la amenaza de los años
me halla y me hallará sin temor.
Ya no importa cuán
recto haya seguido el camino,
ni cuántos castigos lleve a la espalda,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.
ni cuántos castigos lleve a la espalda,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.
William
Ernest Henley
Es un
poema que utilizaba Mandela, para poder llevar mejor sus años de cautiverio y
se termino convirtiendo en la mejor sinopsis de su vida. En estas pocas líneas se
representan perfectamente la importancia que tiene no dejarse llevar por las
circunstancias ni el entorno y que tu destino simplemente depende de una
persona, de ti. A lo mejor no puedes evitar enfrentarte a problemas y a
situaciones extremadamente duras, pero en último término tú decides con la actitud
con la que te enfrentas a ellas, y eso sin duda alguna marcara tu destino.
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