La socialización es el proceso por
el cual las personas adquieren en valores, normas y creencias de la sociedad. Los
agentes de este fenómeno son todas aquellas personas que nos rodean, los
vecinos, los amigos, los compañeros y, sobre
todo, la familia. La socialización es
muy importante para poder vivir en armonía con los demás, pero se tiene que
tener mucho cuidado con que se trasmite en este proceso, ya que se puede
trasmitir valores esenciales y muy positivos, pero también se pueden trasmitir
creencias limitantes que van en contra de tu desarrollo y de la consecución de
tus objetivos.
Durante toda nuestra vida somos “carne”
de socialización, pero la mayor parte de normas adquiridas las recibimos en
nuestro primero años de vida, y un gran porcentaje de estas no sufren ninguna
modificación durante el resto de nuestra vida.
Como todos sabemos, hoy el mundo
cambia muy rápidamente, la globalización hace que haya aumentado la comunicación
lo que provoca que cualquier cambio que se produzca en una parte del mundo en
muy poco tiempo se implante en el extremo opuesto.
Este cambio constante en nuestro
entorno, hace que nuestras creencias del pasado no valgan para el nuestro
presente y mucho menos para el pasado. Por lo que tenemos que tener mucho
cuidado por los valores que adquirimos de nuestro entorno, porque en muchas
ocasiones pueden ir en contra de nuestro desarrollo para poder superar los
nuevos retos que se nos presentan.
La socialización es un proceso
trascendental, pero se tiene que entender como un proceso de cambio continuo, y
evaluar constantemente los valores adquiridos anteriormente, porque provocan
pensamientos que en una época de nuestra vida puede ser válidos, pero en el
futuro pueden resultar un lastre para conseguir nuestros objetivos.
Como comente al principio del
post, la mayor parte de estas normas o valores nos la aporta nuestra familia.
Lo que diga nuestros padres, nuestros hermanos, puede tener una gran
repercusión en nuestras creencias. Y creo que todos conocemos algún ejemplo
donde padres que no han conseguido algún logro les ha hecho ver a su hijo que
eso no se podía conseguir, simplemente porque ellos no lo han conseguido, y
quieren evitar sufrimientos a sus hijos.
“Los que dicen que es imposible,
no deberían ni molestar ni interrumpir,
a los que lo están haciendo”.
T. Edison
Todos tenemos la responsabilidad
de poner en juicio de valor nuestras normas adquiridas y, sobre todo, tener mucho cuidado con que limitaciones
introducimos en formas de pensamientos a los que nos rodean, porque se pueden
convertir en un conjunto de eslabones que forme una cadena que coapten todos
nuestros movimientos y nuestras posibilidades.
A continuación, os dejo con un
cuento de Jorge Bucay que reflexiona sobre nuestros pensamientos limitantes. Hazte
un favor, y no te pierdas este gran cuento.